"Turmalina", "Territorios" y Arte Correo en el Complejo Cultural
Cuando la creación se cruza, donde la comunicación empieza
Por Yesica Gallegos - octubre 21, 2017
Ha transcurrido una semana desde la inauguración de las muestras "Turmalina", "Territorios" y Arte Correo en el Complejo Cultural de nuestra ciudad. El cruce de lenguajes en cada una de las exposiciones ha logrado dispersarnos, haciendo que nuestros ojos vayan de un lado a otro, no sabiendo que preferir.
Turmalinas...
La muestra "Turmalina" nos presenta a la fotografía como otra forma de comunicación. Las imágenes como respuestas a interrogantes. Este dialogo entre artistas, nos lleva a ver las distintas maneras de mirar; allí donde una relación cíclica nos envuelve y las respuestas se encadenan unas otras. En cierta manera, es otra forma de correspondencia.
Podemos observar el cielo y la visión a través de una ventana, la soledad en un patio o la tristeza que duerme sobre una cama. ¿Cómo responder al recuerdo de una madre o a los ojos, cristales de un retrato armado? Pararnos ante una fotografía nos hace también cuestionarnos, las palabras deben salir de aquellas imágenes estáticas y maquinar el pensamiento en los espectadores. Las letras de una conversación sin cuerpo, habitan "Turmalina", porque eso es lo que es, generadora de electricidad y energía, ¿cómo sería, entonces, incapaz de movernos, de corrernos y vernos en las obras?
Distancia...
En otra de las salas vemos las obras de Arte Correo. Muchas cartas que respondían a la temática "distancia", pero ¿qué es la distancia realmente? Supongo que en un primer instante, se trata solo de números y de fórmulas que parecen no llevar a ninguna parte más que al razonamiento. Pero la palabra invita a la poética y la distancia deja de 'ser' para adaptar la forma de quien la siente.
La correspondencia, el correo, nos traslada a los inicios, a un tiempo ya lejano. En esta época, donde los e-mails repletan las casillas de mensajes de una cuenta en gmail, hotmail o yahoo, la "manualidad" que supone un trozo de papel, un sobre y una estampilla resulta impensable. Tal vez esta lógica también expresa lo que es la distancia, entre ese tiempo y estos días, entre lo "obsoleto" y lo "moderno". A veces esta modernidad, anclada en la globalización, arrasa con los orígenes, nos olvidamos y caminamos sin mirar atrás.
Otra forma de generar comunidad es a través de este envío de Arte por correo. Las distancias se cruzan, viajan obras desde distintos países y provincias de nuestro país; las imágenes plasman, sin intención, una forma de representar identitaria. No es lo mismo el arte aquí y allá, donde golpea el viento y donde los cerezos en flor danzan, donde el mar con su salado sabor se impregna al papel y donde el sol viaja de una manera diferente.
Territorios...
Por último, en la Sala Circular tenemos la exposición de obras de Alicia Valente. "Territorios" es una recopilación de dibujos calados sobre papel, son lugares y espacios trasladados a la bidimensión. Si miramos atentamente nos encontramos con formas que juegan con las luces, cuadros, rectángulos y figuras trapezoidales que son particiones del espacio, es un mapa que nos indica un lugar.
Cabria preguntarnos qué hace que algo se convierta en territorio. Una división de tierra y mar en donde confluyen concepciones políticas, comunitarias, sociales; ¿se trata sólo de tierra o es más de lo que podemos observar? Se trata de poder y sociedad, de lo que la comunidad logra dominar, de lo que se vuelve suyo, de lo que es identidad.
Resulta interesante pensar, desde la palabra "territorio", el espacio de la exposición. Las tres muestras dispuestas en las salas son lo que Deleuze y Guattari llamaron "máquinas de guerra", relacionado al nomadismo y a la desterritorialización. La exposición debe llevar a generar pensamiento, a tomarte el tiempo para la contemplación. A veces parece resultar en una lucha contra el Estado, contra sus reglas y con lo que espera, no sólo de sus ciudadanos sino también de sus artistas. Entonces pienso, si vemos a las exposiciones como "máquinas de guerra", ¿eso convertiría a los artistas en soldados que portan los engranajes del on y el off?
La máquina no para de trabajar, el montaje fluye, en un espacio donde las imágenes se cruzan, donde nuestros ojos se mueven intranquilos sin saber a donde ir. Soldados de su propio arte, el artista que se mueve en comunidad.
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