"De mi tierra II" - Sandra Jamieson O´Byrne: Arcilla e identidad.
Fundacruz y la última muestra del año
Por Yesica Gallegos - diciembre 4, 2017.
Fundacruz cierra el año con una muestra de esculturas y objetos en arcilla y cerámica. Sandra Jamieson O' Byrne, artista del fuego, nos trae formas y figuras modeladas con una expresividad que parece guardar en sus rasgos historias viejas, mitos y leyendas, rostros que miran al Sur y ovejas que se multiplican como mata negra en las estepas patagónicas.
La disposición de la obra de la artista, parece dividida en dos bloques: las representaciones de figuras, esculturas, y los objetos de cerámica. Si comenzamos el recorrido observando las esculturas, podemos notar estas figuras y rostros humanos, como estatuas a las cuales rendir un tributo. De largos troncos, sin pies, tótems de alguna divinidad ancestral, quizás dioses de nuestras tierras de viento y frío.
Los esmaltes y las tierras de colores confluyen en la obra, rojizos y azulados, franjas plateadas y doradas. Formas o diagramas en las figuras que asemejan a sellos, a palabras marcadas en sus siluetas. La arcilla, material amable, es expresión antigua, guarda en sus compuestos memorias de unos y otros, huellas de conquistadores y conquistados. Así como el tiempo es de arena, granos de ese reloj imparable somos.
Entre ángeles sin rostro y clavos en halos de espiritualidad, la temática va mutando de lo público a lo íntimo, de los campos del recuerdo a las artimañas del inconsciente.
Aparecen las figuras del campo, pegados a ovejas y pájaros errantes, campañistas enormes que arrían el ganado. Con sus formas de manto parecen arropar todo a su paso, con sus franjas son inconfundibles al andar. No se nos hace difícil imaginar al hombre del sombrero caminando bajo el sol, el cielo nublado y los ojos chinos renegando contra el viento y la tierra.
Formas que se mezclan, que son unas y otras. Un todo que parece piel sobre piel, piel social, piel cultural, piel de memoria. Es ese bulto el que guarda todo lo que es y no es, eso que como cubo Rubik queremos armar y descifrar.
El segundo bloque corresponde a los objetos realizados en cerámica. Podemos ver una variedad de fuentes, recipientes y tazones, de claras tonalidades y con la característica de poseer en su forma, las diminutas caminantes, las ovejas.
Pequeñas ovejas recorren su obra, las encontramos nadando en el fondo vacío de una taza, formando caracolas en una bandeja, gobernando arcas en fuentes e iluminando con sus sombras escurridizas los rincones de alguna casa desconocida. Cabría preguntarnos qué son las ovejas para la artista: animales de nuestros campos, reflejo de nuestra economía, marcas de una familia, soledad.
"De mi tierra II" es una muestra que nos acerca al fuego y la arcilla. Donde no sólo podemos apreciar pequeñas ovejas que se cuelan en los objetos sino también las figuras de otros, antepasados de iguales rasgos, rostros que en lo alto te miran, espiritualidad que se cuela en las historias que la artista busca transmitirnos. Volvemos al arte clásico, ese arte que nos remonta a un distante pasado, y también nos paramos ante ese mercado del arte que se adapta a lo que los artistas le ofrecen. Contemplar y comprar arte se evidencian en esta exposición, un arte que es reflejo de nuestras tierras, un arte que es continuidad.
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